El reconocido músico chaqueño reflexionó sobre cómo se está abordando el folklore hoy en día y resaltó la importancia de que las canciones lleguen al interior del oyente, sin presiones de interacción. Aseguró que la riqueza del género va más allá de los saltos y aplausos.
Antonio Tarragó Ros expresó su preocupación por la forma en que se está interactuando con el público en los conciertos de folklore. Durante una entrevista, el artista afirmó que muchos músicos parecen tratar al público como "personal trainer", incitándolos a cantar, bailar y saltar sin darles la oportunidad de conectar profundamente con la música.
"¿Por qué no dejan que la gente piense un poquito, que la canción entre dentro suyo? En el folklore tenemos mucho para decir y reflexionar. Pero si solo les haces hacer palmas, saltos y gritos, ¿cómo se puede escuchar una buena canción?" destacó Tarragó Ros.
Además, el músico subrayó la importancia del sapucay, un grito característico del chamamé, diciendo que "el sapucay es lo más parecido a un llanto". El artista aseguró que este grito nace de un lugar profundo, de tristeza y enojo, y que está siendo malinterpretado en el escenario actual. En su opinión, están "tirando al suelo toda la sabiduría y los gestos maravillosos que tiene el arte", refiriéndose al uso superficial de estas expresiones.
El llamado de Tarragó Ros es a reconsiderar la forma en que los artistas interactúan con su público, permitiendo una conexión más genuina y reflexiva con la música.